Dime cómo hablas y te diré quién eres (I)
- anai82
- 17 nov 2021
- 3 Min. de lectura
Seguramente no nos demos cuenta de las expresiones, nombres o adjetivos que usamos en nuestro día a día ya que, simplemente, los hemos aprendido y los reproducimos sin ninguna reflexión.

Nuestra forma de hablar responde a la forma de ver el mundo que tiene nuestra comunidad lingüística, o a la época que nos ha tocado vivir. No reparamos en esto pero si analizamos las expresiones que nos rodean, nos pueden dar una pista de nuestro pasado reciente (y no tan reciente), pero también del momento histórico que estamos viviendo. Es decir, nuestra forma hablar dice mucho de nuestro inconsciente colectivo.
Veamos algunos ejemplos:
- Expresiones que contienen elementos asociados a guerras del pasado:
Antiguamente, las guerras eran más o menos habituales en el día a día de muchas personas en todo el mundo, y algunas palabras o expresiones empezaron a ser de uso común. De hecho, muchas de ellas todavía perviven:
“Romper una lanza en favor de alguien*”: las lanzas eran armas que se usaban en la antigüedad para matar animales o incluso a otras personas en las batallas. Hoy en día nadie las usa con ese fin, pero la expresión está más que asentada entre nosotros.
“Radio macuto”: esta expresión nació en la Guerra Civil española y hacía referencia a los rumores que circulaban en uno y otro frente. Hoy se aplica a toda aquella información poco fidedigna. "Radio macuto" es el equivalente español de las fake news.
- Expresiones asociadas a elementos de la naturaleza:
Hemos perdido en gran medida el contacto con la naturaleza, pero los antiguos habitantes de la Tierra vivían de ella y se servían de sus recursos. Muchas frases que hoy empleamos contienen elementos relacionados con el mundo natural. Cabría pensar si esto es así en todas las culturas. Es decir, ¿cuánto más industrializada una sociedad, menos términos relacionados con la naturaleza utiliza?
Hacer algo “de higos a brevas”*: y no de brevas a higos, ya que en este caso no tendríamos que esperar casi nada de tiempo para hacer algo. (Si no has entendido esta explicación es que la cultura millenial ha hecho demasiada mella en ti).
“Estar como una cabra”: parece ser que la cabra no gozaba entre los antiguos de buena fama, ni se caracterizaba por su docilidad. De hecho, se consideraba un animal con un carácter levantisco*. De ahí que estar como una cabra signifique estar un poco loco.
“Ser más terco que una mula”: Ninguna riña familiar puede prescindir de esta expresión cuando se emplea contra un hijo, un hermano, un marido o una esposa que no está dispuesto/a a llegar a un punto medio.
“Poner cara de cordero degollado”: la clemencia con los animales no estaba entre las virtudes de nuestros antepasados, así que poca explicación necesita esta expresión. Si el que lee este artículo no es un hispanohablante, puede que se lleve las manos a la cabeza cuando sepa qué significa el término “degollado”*. Lo políticamente correcto es exclusivo del siglo XXI.
En el próximo artículo seguiremos investigando sobre expresiones y frases relacionadas con otros ámbitos. Hasta entonces *no se duerman en los laureles.
* Hacer algo de higos a brevas: hacer algo con muy poca frecuencia. Las brevas y los higos son dos tipos de frutas. Las brevas salen primero y los higos unos tres meses después. Pero entre los higos y las brevas pasa casi un año.
* Romper una lanza a favor de alguien: decir algo bueno de alguien, principalmente cuando los demás le están atacando.
* Degollar: cortar la cabeza de un animal o persona.
* Levantisco: rebelde.
* Dormirse en los laureles: cuando una persona se relaja demasiado.
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