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Palabras que nos ponen nerviosos: Maniáticos lingüísticos



No sé si me pasa solo a mí, o le pasa a todo el mundo en sus respectivas lenguas. Quizá a los ingleses, por ejemplo, les da rabia leer una frase que empiece por “and” o “but”.


¿Somos unos maniáticos lingüísticos los humanos? Escuchar una palabra dicha de una forma a la que no estamos acostumbrados, ¿nos hace sacar un *cuchillo jamonero ante el infractor lingüístico?

Como animales de costumbres, nos habituamos a hablar de una determinada manera, y cuando lo que hemos dicho siempre de una forma, lo escuchamos de otra, nos molesta notablemente.


He aquí una lista de palabras que me hacen *cortocircuitar cuando las escucho:

- “Ucranios”: ¿Por qué no lo decimos como se ha dicho siempre, en versión larga: “ucranianos”? ¿Qué hace la gente con el tiempo sobrante entre “ucranio” y “ucraniano”? Suena tan mal como llamar a los bolivianos “bolivios”, a los cubanos “cubos”, a los polacos “polonios”, a los americanos “américos”, etc. Ya sé que siempre saldrá alguien que diga que ya se hace con algunas nacionalidades, como con los libios o los argentinos. No decimos “libianos”, ni “argentinianos”. Pero hay una mayoría de nacionalidades a las que les incluimos el sufijo final. Es la manera óptima de diferenciar país, de nacionalidad. Este es un ejemplo de los que me hacen sacar el cuchillo idiomático.


- “La COVID”: suena tan mal como decir “la interné”. Perdóneme el lingüista de la RAE al que le dio por admitir esta acepción. Y todo porque este acrónimo termina con la “d” final que hace referencia a “disease”: la enfermedad. Y en virtud de que “enfermedad” es una palabra femenina, así se ha quedado. Por suerte, la comunidad lingüística tiene más gusto y, mayoritariamente, se ha optado por “el COVID”.

- “Es bien”: años y años enseñando a mis alumnos que el adverbio “bien” solo puede ir acompañado por el verbo “estar”, para que a un *hortera se le ocurriera colocar el verbo “ser”. Quien tuvo esta idea, ¿sentirá que merece un asiento en la Real Academia de la lengua por innovar el idioma?

- Pronunciar la “x” como “s”: esto tiene un tufillo costumbrista que *echa para atrás. La letra “x” no es tan frecuente en nuestro diccionario. No hay tantas palabras con “x” pero, hay una concreta, muy sonada, que sí la tiene. Sexo. Y como suena tan contundente, parece que a la gente le da vergüenza pronunciarla con todas sus letras, así que lo dejan en un tímido “seso”. Es necesario saber que esto suena h-o-r-r-i-p-i-l-a-n-t-e. Si no te atreves a decirlo bien, es mejor que no lo digas.

Esta es mi lista. Te invito a que pienses cuáles son tus manías lingüísticas en tu propio idioma. Si eres estudiante de español, puede ser un buen tema de conversación en tus lecciones.


Y recuerda. Si quieres hablar bien en español, con todas las letras, y no tener errores que te avergüencen, reserva una clase de gramática.


¡Salud y nos vemos en clase!


*Cuchillo jamonero: cuchillo especial para cortar jamón.

*Cortocircuitar: cuando se tensan demasiado los cables eléctricos y se colapsan. En el texto tiene un sentido metafórico.

*Hortera: adjetivo que se aplica a una persona con mal gusto.

*Echar para atrás: construcción que hace referencia a algo muy abundante que nos provoca rechazo.

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