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Qué son las lenguas pidgin

Foto del escritor: anai82anai82

En la entrada anterior hablé del experimento llevado a cabo dentro del marco de las teorías ambientalistas que concluyó que Alberto no había aprendido bien determinadas construcciones del inglés por la distancia psicológica tan grande que le separaba de la cultura local estadounidense. Es decir, para estos expertos ambientalistas, el entorno psicosocial es determinante a la hora de aprender. Según sus estudios, la motivación es crucial para un aprendizaje significativo.



La producción oral de Alberto resultó, en el mejor de los casos, en una forma de hablar meramente funcional. Es decir, no mostraba las flexiones del inglés que son propias de un nivel más avanzado: excluía los auxiliares y construía las preguntas con la estructura típica del español, pero no del inglés.


Quizá esta estrategia comunicativa le valía para defenderse en el día a día, en un entorno lingüístico pobre, en el que con pocas palabras tal vez podían entenderse ciertos significados. Este tipo de lengua funcional se llama pidgin. Y la pidginización es el proceso por el que se reduce significativamente la sofisticación de la lengua, con un fin únicamente instrumental.


Esto ya se ha hecho en otros tiempos del pasado. Era muy frecuente entre los esclavos que trabajaban en Estados Unidos o en otros lugares fuera de su tierra. En este caso, estas personas desconocían la lengua de la comunidad a la que llegaban, y tampoco tenían la posibilidad de recibir una instrucción, por lo que su aprendizaje consistía únicamente en la repetición de las mismas palabras, siempre relacionadas con su entorno. El idioma resultante contenía el escaso reducto oral que lograban aprender, junto con las estructuras propias de su lengua materna. De nuevo, se trataría de un caso de pidginización.

También era frecuente encontrar lenguas pidgin en el contexto comercial, ya que se encontraban dos comunidades lingüísticas diferentes que debían comunicarse entre ellas, sin tener un idioma común con el que hablar. De hecho, la lengua pidgin más antigua de la que se tiene noticia es la lingua franca o sabir, empleada por los marinos y mercaderes del Mediterráneo, desde el siglo XIV hasta finales del XIX. Este pidgin contenía léxico de varias regiones mediterráneas. Con los años fue adoptando voces del griego, del turco y del árabe.


Como curiosidad, en el Quijote de Cervantes, hay un extracto en el que se hace referencia a esta lengua. Se encuentra en el capítulo XLI, y dice así: ≪lengua que en toda la Berbería y aun en Costantinopla se halla entre cautivos y moros, que ni es morisca ni castellana ni de otra nación alguna, sino una mezcla de todas las lenguas, con la cual todos nos entendemos[...]≫.


Otros ejemplos de lenguas pidgin los podemos encontrar, por ejemplo, en Sudamérica. La combinación del portugués, el español y las lenguas tupí-guaraníes dio origen a la Língua geral o ñẽen'gatú, hablada en la cuenca del Amazonas y en todo Paraguay.


Pero es preciso diferenciar las lenguas pidgin, es decir, idiomas simplificados, de las criollas. Estas últimas son el resultado de la evolución de una lengua pidgin a lo largo de varias generaciones, de manera que se termina estableciendo como un idioma normalizado para una comunidad amplia. Además, esta lengua, tras pasar por un proceso de perfeccionamiento, llamado nativización, adquiere las complejidades propias de cualquier idioma.


Como ejemplos de lenguas criollas encontramos, de base inglesa: el criollo panameño; de base francesa: el criollo haitiano; de base portuguesa: el papiamento; y de base japonesa: el criollo de Yilán, en Taiwan. Estos son solo algunos de los cientos de más ejemplos de lenguas criollas que hay en el mundo.

 
 
 

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